Historia de Kuró
La cocina ha sido una constante superación desde pequeña. Examinada por el chef que más admiro, el que me inculcó la cocina, y el que me hizo sentir pasión por ella, mi padre. Él me regaló un horno a los 9 años en el que cocinaba platos sicilianos para toda la familia, fue una manera de probarme, de descubrir mis propios límites y lo que quería en la vida.
Intentando conocerme a mí misma, siguiendo mi propio camino y construyendo mi propia historia, empecé adentrándome en el mundo de la enseñanza y el voluntariado.
En la cocina como en la vida hay que tener pasión y demostrarlo en todo momento.
Mi historia me llevó de nuevo al mundo de los fogones, a traer a una ciudad como ésta, un pedacito de Italia. Conmigo me traje colores, olores y sabores sicilianos. Conmigo me traje la magia siciliana.
“El regalo más grande que le puedes dar a los demás es el ejemplo de tu propia vida, y eso hice.”
Vosotros, sois el jurado más exigente. Lo principal es no olvidar que lo que el jurado tiene en cuenta, es que un plato convence por el paladar. Demostrándome así, día a día, de seguir haciendo lo que más me gusta en el mundo...